¿Qué es la biomasa?
Biomasa, abreviatura de
masa biológica, es un término genérico que hace referencia a la
cantidad de materia viva producida por plantas, animales, hongos
o bacterias, en un área determinada. Se suele utilizar para
hacer referencia al combustible energético que se obtiene
directa o indirectamente de estos recursos biológicos. Hay otra
característica que diferencia a la biomasa de otros recursos
energéticos, y es el hecho de que es un recurso potencialmente
renovable. El carbón, el gas, el petróleo y otros combustibles
fósiles, no se consideran biomasa, aunque deriven de material
vivo. El tiempo necesario para la formación de estos
combustibles (millones de años) hacen que no puedan ser
considerados como renovables.
Biomasa
Vegetal
La fuente original
de la energía presente en la biomasa es el sol. Los cloroplastos
(pequeñas "factorías" presentes en las plantas) usan la energía
solar (en forma de energía luminosa, o fotones), el CO2 presente
en el aire, y el agua del suelo para fabricar carbohidratos
(azúcar, celulosa, etc.). La energía original proveniente del
sol, se almacena ahora en todos estos componentes. Alguna de
esta energía almacenada se traspasará a los animales en la
cadena alimenticia. A su vez, los restos de las plantas, los
excrementos animales, etc., pueden ser vistos como almacenes de
energía solar.
¿Cómo se transforma la biomasa en energía?
Hay varios métodos para
transformar la biomasa en energía, los más utilizados son los
métodos termoquímicos y los biológicos.
Metodos
termoquímicos
Estos métodos se basan
en la utilización del calor como fuente de transformación de la
biomasa. Están muy desarrollados para la biomasa seca. Hay tres
tipos de procesos que dependen de la cantidad de oxígeno
presente en la transformación:
Metodos
biológicos
Se basan en la utilización
de diversos tipos de microorganismos que degradan las moléculas
a compuestos más simples de alta densidad energéticas. Son
métodos adecuados para biomasa de alto contenido en humedad, los
más conocidos son la fermentación alcohólica para producir
etanol y la digestión anaerobia, para producir metano. La
digestión anaerobia de la biomasa por bacterias, se puede
utilizar en explotaciones de ganadería intensiva, con la
instalación de digestores o fermentadores, en donde la celulosa
procedente de los excrementos animales se degrada en un gas que
contiene cerca del 60% de metano.
¿Cómo se transforma la energía en biomasa?
¿Cuánta
energía proporciona la biomasa?
Aproximadamente:
• 2 kilogramo de pellet equivale 1 litro de gasóleo.
• 1 m3 de pellet equivale 320 litro de gasóleo.
Es decir, se necesitan 3 kg de biomasa para obtener la misma
cantidad de energía que nos proporciona un litro de gasolina, o
lo que es lo mismo, cuando desperdiciamos 3 kg de biomasa
estamos desaprovechando el equivalente a un litro de gasolina.
Unidades
y equivalencias energéticas
¿Cómo se
mide la energía de la biomasa?
Para poder evaluar la
calidad energética de las distintas fuentes de energía se
establecen unas unidades basadas en el poder calorífico de cada
una de ellas. Las más utilizadas son:
• kcal/kg aplicada a un combustible nos indica el número de
kilocalorías que obtendríamos en la combustión de 1 kg de ese
combustible.
• tec: tonelada equivalente de carbón. Representa la energía
liberada por la combustión de 1 tonelada de carbón (hulla).
• tep: tonelada equivalente de petróleo (1 tep = 1,428 tec).
Si se trata de biomasa residual seca, las medidas hacen
referencia a su poder calorífico, pero si se trata de biomasa
residual húmeda o de biocarburantes, lo que se mide es el poder
calorífico del recurso una vez tratado.
El medioambiente y la bioenergía
El planteamiento de la
utilización de la biomasa como fuente de energía tiene que estar
basado en la sostenibilidad, es decir, consumir como mucho, lo
que se produce. Esta idea está completamente alejada de las
formas tradicionales de utilización que aún se utilizan en buena
parte del mundo y que son responsables de graves daños
medioambientales: pérdida de biodiversidad, desertificación,
degradación de las fuentes de agua, etc. En el aprovechamiento
de la bioenergía, es importante evitar posibles consecuencias
nocivas para el medio ambiente, como son la extracción excesiva
de leña o el establecimiento de monocultivos en gran escala.
Biomasa
ante el efecto invernadero
La emisión de gases de
efecto invernadero acelera el calentamiento de la atmósfera y
colabora a un cambio climático que trascenderá muy negativamente
en muchos aspectos de las actividades humanas. La quema de
combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) y la destrucción
de los bosques, se han convertido en las principales causas de
la emisión a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2), el gas
más peligroso en la generación del efecto invernadero (los
combustibles fósiles, por producirlo, y la desaparición de los
bosques por no absorber el exceso de este gas en la atmósfera).
La deforestación es una de las causas de mayor relieve en la
emisión de dióxido de carbono y metano a la atmósfera y el
problema radica en el papel esencial que desempeñan las grandes
masas de materia vegetal (junto con los océanos), al equilibrar
la cantidad de CO2 en la atmósfera haciendo de sumideros de
carbono. Las estrategias a utilizar se centran en controlar y
estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero
promocionando las energías renovables. Y, es en este campo, en
donde la utilización de la bioenergía juega un doble y positivo
papel. Por un lado, la combustión de la biomasa produce la misma
cantidad de CO2 que antes consumió, dejando al sistema en
equilibrio, además, se utiliza como sustitutivo de otros
combustibles que se limitan a la liberación del dióxido de
carbono. Por otro lado, una potenciación de la bionergía
ayudaría a la reforestación del planeta, aumentando así la
cantidad de CO2 absorbida. Hay estudios que apuntan que para
conseguir estabilizar las concentraciones equivalentes de CO2 en
la atmósfera en niveles que no conocemos desde los años 30 del
siglo pasado, necesitaríamos que el 40% de la energía eléctrica
producida en el mundo se obtenga a partir de la biomasa.
Lluvia
ácida
La biomasa tiene contenidos
en azufre prácticamente nulos, generalmente inferiores al 0,1%.
Por este motivo, las emisiones de dióxido de azufre, que junto
con las de óxidos de nitrógeno son las causantes de la lluvia
ácida, son mínimas en los procesos de transformación de biomasa
forestal en energía.
Incendios
forestales
En el sur de Europa, los
incendios forestales amenazan gravemente su sostenibilidad.
Durante el año 2005 sólo en Portugal ardieron cerca de 250.000
ha y en el conjunto de los países del sur de Europa 500.000 ha.
El progresivo abandono de las actividades agrosilvopastorales
que se ha producido en la última mitad del siglo XX debido al
éxodo rural ha provocado un incremento de la biomasa en los
ecosistemas que los hace fácilmente combustibles. Parte de esta
biomasa se puede utilizar para la generación de energía.
Puestos
de trabajo en el medio rural
El aprovechamiento de la
bioenergía contribuye a la creación de empleo en el medio rural,
beneficiando el desarrollo económico de las zonas
tradicionalmente deprimidas.
Inconvenientes
frente a los combustibles fósiles
Es necesaria una
mayor cantidad de biocombustible que de combustible fósil para
conseguir la misma cantidad de energía, lo que hace necesario
mayor espacio para su almacenamiento.
Política
energética de la Unión Europea
Los países de la Unión
Europea (UE) en su conjunto, constituyen la principal potencia
mundial en lo que al desarrollo y aplicación de energías
renovables se refiere. Esto es producto de la política
energética adoptada por la UE en los últimos años, en donde se
intenta potenciar la utilización de energías renovables frente a
las fuentes de energía fósil. Aún así, la mitad de las
necesidades energéticas de los países de la UE siguen estando
cubiertas por recursos importados y, dado que se consume cada
vez más energía, esta dependencia exterior no cesa de aumentar.
Cuando la UE comienza la elaboración de una estrategia para
abordar este problema, se encuentra con que hay que afrontar
otros desafíos: la lucha contra el cambio climático y la
realización de un mercado interior. En el año 1997, la UE
publica el documento “ENERGÍA PARA EL FUTURO: FUENTES DE ENERGÍA
RENOVABLES”, el libro blanco en donde se intenta establecer una
estrategia y un plan de acción comunitarios, el objetivo:
alcanzar el 12% de participación de las energías renovables
frente al consumo total de energía en 2010. A pesar de que se
fueron registrando avances en el campo de las energías
renovables, no parecen ser suficientes. Para garantizar el éxito
es necesario que la política energética incluya un fuerte
control sobre el consumo energético. En septiembre de 2001 se
aprueba una Directiva del Consejo y del Parlamento sobre el
fomento de la producción de electricidad a partir de las fuentes
de energía renovable, cuyo objetivo es que el porcentaje de
electricidad «verde», energía eléctrica generada a partir de
fuentes renovables, en la UE pase del 14% en 1997 al 22% en
2010. En esta Directiva se indica que los Estados de la UE deben
adoptar y publicar, cada cinco años, un informe que establezca,
para los 10 años siguientes, los objetivos de consumo futuro de
electricidad (FER), así como las medidas a tomar para
alcanzarlos. La Comisión Europea propone que los países miembros
utilicen una serie de medidas de apoyo para fomentar el consumo
de bioelectricidad, estas medidas pueden consistir en ayudas
fiscales, financieras, certificados verdes, etc. Los sistemas de
apoyo adoptados por los países de la UE se pueden dividir en dos
grandes grupos:
• Sistemas de tarifas o primas mínimas, en donde los proveedores
de electricidad renovable venden toda su producción a un precio
fijado en su totalidad o en parte.
• Sistemas de cuotas y certificados verdes, en donde se obliga a
que un determinado porcentaje del suministro eléctrico o
producción de electricidad provenga de energía renovable. Los
proveedores o sujetos ligados a esta cuota, deberán demostrar
que la están cumpliendo mediante la entrega de certificados
verdes.
La mayor parte de los países de la Unión utilizan sistemas de
tarifas o primas mínimas como sistema principal de apoyo e
incluyen otros sistemas como pueden ser ayudas a la inversión,
créditos fiscales o subastas. Para la elaboración de este
documento se han utilizado, entre otras, las siguientes fuentes:
- La biomasa como fuente de energía renovable. Ingeniería sin
fronteras.
- Portal de la Unión Europea. Actividades de la UE, síntesis de
la legislación, apartado de ENERGÍA.
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